martes, 22 de octubre de 2013

Atrapada entre tu espada y la pared.

El cigarro de las diez, el café de menos diez y algo de ceniza embriagándose de él, los croassaints del mercado recién puestos en el plato y el viento de octubre haciendo nudos en el pelo  mientras el mundo sigue en pleno contacto con el mismo y mafalda diciendonos que le paren que se quiere bajar de él.
En estos días veraniegos de otoño donde el sol calienta pero no quema y las terrazas aun son testigos de los martinis que hablan de nuestras rutinas improvisadas y Mr Wonderful nos motiva diciendo que hoy es un gran día para sonreír y sonreímos porque Andrés Suarez nos dijo que si queríamos le decía a Sabina que nos nombrase mientras le pedíamos mas razones al cielo del color de tus ojos donde el equilibrio es imposible cuando yo me veo reflejada  en ellos.

Y la lista de mis vicios cada vez se hace mas larga pero aun no ha podido igualar al tiempo que llevo sintiendo el latido de mi corazón suspirar por tus besos algún día dados en el colchón de mi cama donde nos quedamos sin aliento con el placer de estar disfrutando aquel deseo de cosas imposibles hechas realidad al igual que una bendición soñada cada noche por esos que peregrinan por el olvido como si fuese el camino de Santiago que aun no saben que el olvido esta lleno de memoria y a veces hay que tirar rencores por la borda porque nadie sabe ni puede aunque quiera olvidar un gran simulacro lleno de fantasmas.

Imaginamos sin mar pero mojados pero cada uno en su barco y miro la cara que tiene la luna mientras busco el futuro en la tuya que la encuentro solo cuando me hablas pero sin hablarme e indirectamente directo llega el mensaje a mi buzón donde archivo todas las ganas de ti que hay en mi y que por miedo no haya viernes sin erre en nuestro calendario; hablo de la combinación de ginebra y tónica, del aceite de oliva virgen con el seductor vinagre de módena, hablo de un nosotros… Porque amor es vivir cada momento intensamente mientras el tiempo se vuelve relativo si tu estas a mi lado.



“-Digo tú y es que estoy vivo.
Y lo veo escrito por mí, y es que viví.
Y al decirlo se me llena la boca de palabras. 
Todas las palabras que te he dicho, todas las que te he escuchado decir. 
Todas las palabras que te rozan.
Digo tú y digo todas tus palabras.         
Leo tú y tengo que decirlo, que escribo.
Tengo que seguir viviendo, diciendo tú.
 ¡Tú!
Pensando en ti con cada palabra tuya. 
Tú eres todo lo que no soy yo y mucho de lo que sí.
Cuando diga ella y lea tú.
Es la idea que me agrade por las noches, la idea que me aterra hoy, cuando aún escribo tú y sé quien eres; No quien eras ni soy.
Ella; puede serlo cualquiera.

Tú;  sólo puedes ser tú.” 

lunes, 14 de octubre de 2013

Sin libro de instrucciones

El otro día me acordé de una película que me recomendó un amigos y lo que me costó al principio no pararla porque no le encontré el sentido, pero me propuse verla entera y ahora soy yo la que la recomienda.
Esa película me hizo reflexionar mucho puesto que representa cómo todas las decisiones que tomamos nos dirigen por un  camino, el cual, llamaremos nuestra vida; pero, ¿y si hubiéremos elegido otra decisión en cualquiera de las diversas circunstancias que hemos vivido hasta ahora? ¿Seríamos mas felices tal vez o llevaríamos el pelo rosa debido a una apuesta perdida en una apuesta perdida en una noche loca entre amigos?
Me gustaría saber si las decisiones que voy tomando son las acertadas para darle sentido a mis días cada mañana al ponerme las zapatillas, no es querer saber todo lo que me va a suceder porque sino sería como desvelar el final a una gran película, pero si una especie de consejo de cual seria la mejor opción para mi.
Esto me lo suelo replantear generalmente cuando me quedo en stand by tapando bajo las sabanas de mi cama y sobre estas letras lo miedica que en realidad soy por no saber afrontar un posible NO por mi nulo atrevimiento a hablarle a él de sentimientos.
-ÉL.
Ya me entendéis todas; aunque cada una tengamos uno distinto. Él, es el chico que esta de inquilino incondicionalmente todos los días en mi mente, que no necesita ser muy ingenioso para provocarme una sonrisa, que las horas no son iguales si el esta a mi lado, que le quiero para la noche del viernes pero sobre todo para la tarde del domingo, al que contarle mis proyectos para hacer de ellos nuestra realidad, él que solo con una mirada me provoque mas sensaciones que tres rollos de una noche y por él me inspiro ahora para escribir estas palabras.

Siempre he tenido claro lo que no quería en mi vida pero nunca me he preocupado de lo que realmente necesito; la mayoría de las veces por miedo al compromiso solía poner de excusa pero mas bien es miedo a sufrir tanto que no tenga ni un mínimo de fuerza para levantar el pómulo para sonreír y que dejen de tener brillo mis ojos por la sequedad de tantas lágrimas derramadas.
Y ahora me encuentro en ese punto exacto de la montaña rusa que esta a la mitad de la cima, que no sabe si tirar con fuerza para arriba o derrumbarse al suelo por la incertidumbre de no saber una respuesta monosílaba.
Resulta ridículo que seamos tan arriesgados para irnos de viaje improvisado con lo puesto y nada mas o para convertir en nuestros vicios aquellas cosas que siempre nos dijeron de pequeños que eran malas y que para decirle a una persona que le agradeces al mundo su existencia porque es la razón de que la realidad sea un poco más rosa de lo gris que es habitualmente busquemos excusas hasta debajo de las piedras con tal de no arriesgarnos.
Intentemos ser un poco mas buenos con nuestro corazón y darle una tregua que ya día a día sufre mucho entre los madrugones y la rutina invernal que ya nos esta saludando de nuevo e intentemos dejar atrás las chiquilladas que ya nos estamos haciendo mayores y que viva enamorado en la cima de la montaña rusa bebiendo dry martini para dos.


"Porque no es lo mismo contarlo que vivirlo, oír que escuchar, velocidad que rapidez, tener que hacer algo a querer hacer algo, vivir que existir y por supuesto no es lo mismo dos que uno mas uno."