lunes, 26 de mayo de 2014

Café solo con hielo.

Es complicado que una persona que se ponga delante de una hoja en blanco a escribir sobre sentimientos, no sienta cada palabra que usa como su propia realidad.

Al igual que considero que es aún más complicado no hablar de ti como la primera potencia de superación que conozco. 

Has demostrado, en cada uno de tus pasos que alguien que lucha puede perder, pero quien no lo intenta, esta perdido.

Que no existen manuales de instrucciones, que todos aquí estamos improvisando y aún así, a ti te sobran motivos, para argumentar que con esfuerzo los sueños se viven con los ojos abiertos.

Que el tiempo, es un tren que pasa por mi estación y no tiene consideración alguna en esperar a esta pasajera; Gracias por ponerme el reloj cinco minutos antes de la realidad y poder disfrutar del paisaje hasta mi destino.

Posiblemente me faltan tantos besos por darte como gracias. 

Pero versos más sinceros confieso que nunca he escrito.

Que tu eres sastre, cosiendo a este desastre cada herida en forma de sonrisa.

Mi ancla que no me lleva a la deriva.

Pues la felicidad, no es un objetivo sino una forma de vida y me diste la posibilidad de conocerla.

Tu me calas con tu aliento, intentado hacerme mejor persona sin perder la esperanza en conseguirlo desde hace dos décadas.

Y como no te voy a querer si me diste alas y me enseñaste a volar.

Pero sobretodo, te quiero por darme la vida y salvarmela cuando ésta me da la espalda. 


viernes, 16 de mayo de 2014

viernes, 9 de mayo de 2014

Finales felices

Hablar de finales felices es hablar de historias a las que no le siguen unos créditos y tienen rentabilidad nula de poder escapar de ellos.

Son los puntos seguidos que te rondan cada día.

La ausencia de motivos para perder las señales telefónicas.

La nostalgia de unos besos.

La fusión de unos cuerpos.

El hándicap del olvido.

Y es que, en los finales felices nada ha terminado, porque las ganas de...

Volver a besarte hasta romperme los labios,

Volver a acariciarte hasta marcarme en tu espalda,

Volver a reírte los chistes hasta encontrarles la gracia,

Volver a enfadarme contigo por ti,

Volver a ver nuestra peli hasta terminar rodando por el suelo del salón,

Volver a Barcelona y ponernos hasta el culo de felicidad,

Volver a bailar en una pista de baile hasta gastarnos las suelas,

Volver a la playa con cervezas hasta emborracharnos,

Volver a sentirte dentro, con y nosotros una vez más… 

Siguen vivas.

Y joder, ojala sepáis de lo que os estoy hablando y entendáis que cuando digo que soy inmortal es porque él me mira de esa puta forma que me hace encontrarle sentido a las cosas y a mí, como persona.

Que él me sonríe, me toca y yo me hundo y muero.

Luego revivo cuando su boca se hace dueña de mi cuello -me muerde con ganas el carbón.-

Me abraza y dice: "C, estás jodidamente loca pero hay que estar muy cuerdo para no enamorarse de ti."

Él, pasados ya unos años, a día de hoy, no se da cuenta que estoy loca y enamorada de cada luna de su espalda, mejor dicho, de mí casa.

Que mira que hemos dado más de mil y una vueltas en la noria y no me canso de girar contemplando el paisaje más bonito de la ciudad, él.

Que las idas son una putada pero las venidas una bendición.

Y quizás, por eso, yo creo en que lo bueno conocido hay que mantenerlo.

Me tiene calada, sabe que número gasto de tacones y mi manía de ponerle nombre a todo.

“Dos para el dos.”

La frase más bonita del mundo, os lo aseguro. 

Y os podría contar ocho infinitas razones por las que no dejo de escribirle pero no quiero joderos la vida, como hice yo aquel día que me salte las clases y caí rendida a las cuerdas de esa guitarra, de su guitarra.

Mia culpa, me enamoré de las manos que tenían un material defectuoso y me regalaron la canción ocho minutos treinta y seis segundos que llevo grabada en mi pecho.

“C, mírame y vuelve a sonreír, porque si no, no comprendo la vida.”

Robe, eres la hostia; y la que realmente no comprende la vida desde que el cielo de sus ojos son lo primero que veo cada mañana, soy yo.

Y como ya os he dicho, los finales felices son historias sin acabar, 

Porque esto aún sigue vivo, 

Porque aún mantenemos un no otros, 

Porque aún nos pensamos con la cabeza,

Y nos sentimos con el corazón.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Gracias por las flores.

Gracias por haberme conocido, mucho mejor, de lo que yo lo hago.

Por los besos robados, los intencionados, los que les sigue un perdón.

Gracias por hacerme sentir tantas cosas, pero sobretodo, parte de ti.

Gracias por pasar por mi barrio sin maletas y con excesos por mi cama.

Gracias por contar conmigo y no connúmeros.

Gracias por los placeres a corto plazo, sin cobro de intereses.

Gracias por decirme que soy la página que reelerias mil veces.

Gracias por ser el perfecto capullo que me produjo esta alergia.

Gracias por esa sonrisa que se me clava en el pecho y me hace un poco más inmortal.

Gracias por París, por Roma, por Barcelona; 

Por salvarme la vida y colocarme los pies lejos del suelo.

Gracias por ser mi pecado, capital y bandera;

Por olvidarte del sur y perderte en mi norte.

Gracias por insistir que las musas también pueden ser poetas.

Pero, sobretodo, gracias por inspirarme y ser la causa de estos versos.