Sin conocerte, con más entusiasmo que angustia.
Recorriendo tu espalda con mis letras.
En distancias relativas al lugar al que nos encontrábamos.
Lo que tanto necesitaba y tan poco recibía.
Mientras tu indiferencia nunca estaba de mi parte.
Y ese sentimiento de culpa que se produce después de probarte;
Y no poder volver a hacerlo.
Te he escrito la inutilidad del olvido si el objetivo eres tú.
Quizás, no llegues a considerar cuerda la razón por la que te he escrito.
Entiéndeme.
He estado sintigo mucho.
Ojalá seas conmigo, un poco más.