domingo, 19 de enero de 2014

Réquiem por un verso

¿Fuiste capaz de preguntar por mi o por mis restos después de darme la extrema unción? 

Posiblemente, no sepas si fue una muerte causada por el último adiós salido de tus labios o un suicidio entre ciego y ciego mientras me desinhibía de la realidad con el humo de un canuto gozando de placer porque un desconocido me estaba comiendo todo el alma, pero él, no conseguía llenarme y yo me iba vaciando y consumiendo hasta mi último pestañeo y de mientras el rimmel se despedía de mi, corriendose por mi cara y tu ya no estabas allí, porque decidiste que ese ya no era tu rincón favorito de la ciudad y yo, hacia ya un tiempo que únicamente celebraba mi funeral en vida.












domingo, 5 de enero de 2014

¿Qué les pasa a los sueños cuando el soñador muere?

Olvidó proponerle no hacer planes para improvisar cada viernes entre las sabanas si lo suyo merecía otro asalto mas o deberían rendirse ante su oponente, un tal cobardía creo que se hacía llamar.

Usaron la peor de las maneras para perder las formas y dejaron de tener ganas de poner a prueba sus capacidades corporales...

Pero si lo piensas, es lógico que les pase esto, porque, no tienen ni puta idea de lo que es el amor y por eso no se atrevieron ir al frente en su nombre.

Dos idiotas que creen que lo saben todo y todo por decirse es lo que les ha quedado pendiente para septiembre y con auto engañarse de que les da alergia el compromiso, se piensan que San Pedro les brindará las llaves del cielo, que ella solía decir que no había ninguno comparable al de los ojos de él, mientras hacían el amor.

Y de mientras ahí siguen la nostalgia y el remordimiento tomándose lo de siempre con mucho hielo, por favor.

Pobres románticos ilusos que dicen no creer en el amor... y claro, como no creen en él no dejan que pase y así les va, tan ciegos que no aprenden a que hay momentos que no se recuperan y sentimientos que no se superan.













 


Y lo peor de todo, un desastre llamado Yo,
que aún se aferra a la esperanza de ver tu silueta desnuda entre calada ( y calada ) en el humo de mi cigarro.